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Top secret


SOCIO NÚMERO CUATRO

Pedro López siempre ha sido de la Unión Deportiva Montserrat, el segundo club más antiguo y con más historia de Igualada, fundado el año 1958.
Ahora es el presidente, pero a lo largo de la historia del club, López, que es el socio número cuatro, ha sido el presidente en diversas veces. Regenta un bar en los bajos de uno de los bloques del polígono Montserrat II, que es la sede social del equipo. Gracias al establecimiento se pueden pagar muchos de los gastos que genera la competición deportiva.
Llegó procedente de Jaén la Navidad del año 1957, con 26 años, casado y con un hijo. "Ahora", nos dice, "tengo seis hijos más, todos catalanes. Solamente una hija se ha quedado en el barrio. Los otros, la mayoría, viven en Santa Margarida de Montbui". Es de aquellas personas que impone un poco cuando habla porqué lo explica todo con mucha seguridad y fijando la mirada en el interlocutor. "Yo no me iré nunca del Barrio Montserrat, pero tengo que decir que es el más malo de Igualada. Estamos marginados y, además, los vecinos nos hacemos daño los unos con los otros. Aquí ha venido a parar lo más malo de cada pueblo. Nos instalan cosas nuevas en las calles y la gente lo estropea y lo rompe todo."
Mientras habla, va apurando una bebida en la barra del bar. Diós mío la gente que hay en el establecimientom, todos del sexo masculino, comentando el partido del próximo domingo del Montserrat, que juega en la Tercera Regional Catalana. Beben cervezas y estudian una pizarra negra con todos los nombres de los jugadores del equipo. De tanto en tanto, alguno de estos tertulianos chilla un poco porqué discrepa lo que dice el compañero de al lado. "Te he dicho", se siente de fondo, "que nos marcaron el gol porqué el portero estaba mal colocado". "Qué no", responde el otro, y así pasan la tarde.
Ésta temporada, el Montserrat está en la mitad de la tabla clasificatoria, con algún negativo, y juega contra equipos de la comarca de la Anoia. El equipo titular lo forman habitualmente:
Via, Oliver, Fernández, Santano, Ramón, Sánchez, Rosendo, Casas, Cañizares, Bernal, Jesús, Carrascosa, Iván y Agut.
El club juega en un terreno situado en el polígono industrial de Igualada, propiedad del Instituto Catalán del Suelo. El campo, de tierra batida, con cuatro vestuarios y una grada, fue inagurado el día 29 de agosto del 1982, y tuvo un coste de construcción de siete millones de pesetas.
"Ahora que tenemos éste campo", prosigue López, " no viene nadie a vernos. No hay aficionados. Ni con autocar van a ver fútbol." Asegura que las instalaciones no están acabadas. "Esto se inaguró el año 1982 y no se acaba. No hay grada porqué los del ayuntamiento se gastaron los calés, se los llevó el viento. A lo mejor no debiamos habernos ido nunca del barrio porqué el campo ahora queda muy lejos para la gente de aquí."

"Antes teníamos 
cantera y ahora
salen muy 
pocos jugadores."

No lo puede evitar, debe ser coda del carácter, pero López cree que todo se puede perfeccionar. "Los jóvenes de hoy se dedican a cosas más importantes que el fútbol. Antes teníamos cantera y ahora salen muy pocos jugadores. La mitad del equipo es de fuera de Igualada, pero hay que dejar constáncia que del Montserrat ha salido gente com Andrés Escolá,        que jugó en Primera División con el Valencia en la década de lo años setenta." En Tercera División, con el Igualada, hay algunos jugadores formados en la filas del equipo, como Guillén.


Éste antiguo repartidor de butano, simpatizante del Betis, se apasiona hablando de la Unión Deportiva Montserrat. Habla de forma rápida. En la junta del club hay entre 13 y 14 personas, que se encargan de los dos equipos que juegan actualmente para la entidad, el de Tercera Regional y el juvenil, en la Segunda División Catalana. Todo junto supone que haya más de sesenta personas pendientes de la vida del club.
Tienen un presupuesto anual de cuatro millones de pesetas, la mayoría proviene de lo que se vende en el bar. El ayuntamiento los subvenciona con unas ochenta mil pesetas al año. "Lo que es escandaloso", según López, "es lo que cobra la Federación por las fichas de los jugadores, más de dos cientas mil pesetas éste año. Unas seis mil por jugador de Tercera Regional y sesenta mil por las veintiuna fichas que hemos echo a los juveniles."
López asegura que, al año, tiene unos gastos que superan las 550.000 pesetas solamente por comprar ropa, botas y el pago de las fichas federativas. Además, el árbitro cuesta 10.250 pesetas por partido. Los jugadores no cobran, pero ganan unas primas, que el diciembre de 1994 fueron de 88.500 pesetas. Los juveniles no tienen ni ésta compensación. "Eso sí, según a dónde se desplacen les pagamos los bocadillos. Piensa que hay días que se van a las ocho de la mañana con autocar y no vuelven hasta las 5 de la tarde."
Se vuelve a apasionar hablando de la historia de su bar. Dice que lo abrió el año 1986 porqué "vió que sería la única manera de poder tirar al equipo hacia adelante. Me he gastado más de cuatro millones de pesetas en poner decente éste local y he tenido denúncias de otros bares del barrio (solamente hay seis más) por competencia desleal. No he parado de hacer viajes a Barcelona para que se arreglaran los papeles. Ahora la que me hace la puñeta es Hacienda".
El local pertenece al Ayuntamiento de Igualada y está cerrado los domingos, excepto cuando hay fútbol en el barrio, que entonces queda abierto hasta las tres de la tarde. "Ya lo ves", nos dice Pedro López mientras se despide, "chillo mucho, pero lo que tengo es un corazón muy grande"